La habitación era cómoda y

limpia, aunque un poco antigua en decoración. El servicio fue acogedor y la comida variada, pero me pareció que los horarios podían ser más flexibles para las cenas.

Ubicación privilegiada, piscina al aire libre, club de playa cercano

La atención en recepción podría mejorar, el check-in es lento y el personal no siempre amable!!! Las comidas son bastante básicas y probablemente recicladas!!! La limpieza de las áreas comunes requiere más atención!!! Las horas del restaurante son limitadas!!! , y el servicio en el club de playa necesita mayor dinamismo!!!

El lugar es muy lindo.

Mi llegada fue difícil, ya que no había personal que me ayudara con las maletas al hacer el check-in. La habitación no estaba lista a la hora prometida y me hicieron esperar más de lo esperado. En la habitación encontré un edredón sucio con manchas, lo cual fue bastante desagradable.

La mejor decisión que he tomado en mi vida

Durante mi estancia disfruté de una atención excepcional. La comida era variada y deliciosa. El ambiente en la alberca era perfecto para relajarse, y la limpieza del hotel fue destacable. Especialmente memorable fue la amabilidad del personal, que realmente te hace sentir como en casa.

Ideal para familias que buscan comodidad

El personal es super amable, lo más destacable fue la atención de Laura y Jose, siempre dispuestos a ayudar y haciéndonos sentir como en casa. Además, los temas de cenas alrededor de la piscina son una experiencia única, relajante y divertida.

Un poco caro para lo que ofrece, pero aun así vale la pena.

Mi estancia fue todo un despliegue de incompetencia. El check-in tardó siglos y los ruidos eran insoportables. A pesar de tener una reserva, me dieron una habitación sin aire acondicionado moderno, como si eso fuera normal. No recibí ningún tipo de compensación o atención especial, ¡muy decepcionante! Casi escribo una buena reseña, pero simplemente no pude.

una experiencia familiar inolvidable en la hacienda con un ambiente cálido y acogedor

El personal es extremadamente amable y servicial, haciendo que te sientas como en casa. La comida es deliciosa y variada, y la piscina te cautivará. Sin duda, recomiendo este lugar.

La piscina necesita más limpieza, pero la comida estuvo deliciosa y variada.

la cena de especialidad fue exquisita, pero el baño necesita una remodelación.

Este lugar me queda perfecto y me ofrece todo lo que necesito, como una piscina al aire libre y un bar muy agradable. En mi primera estancia, el personal me ayudó dándome la dirección de un lugar que necesitaba, lo recuerdo bien. ¡Recomiendo probar los deliciosos snacks en el bar! Regresaré para un viaje de negocios.

La atención del personal fue excepcional. especialmente en el restaurante, donde cada platillo me dejó sorprendido, particularmente el requesón. Sin embargo, el baño necesitaba una remodelación urgente, y el servicio de carrito a la playa no era constante, lo que era un inconveniente. Además, la alberca necesitaba más cuidado, ya que el agua estaba algo turbia.

Disfrutamos de una estancia maravillosa, especialmente la comida con buen sazón y la tranquilidad para descansar. Definitivamente volvería, a pesar de la actitud de una camarera.

Las pizzas gourmet en la Hacienda Buenaventura son un must, ¡una delicia que no te puedes perder! Además, la atención del personal en los comedores fue excelente, siempre con una sonrisa y dispuestos a ayudarte. Aunque la comida del buffet tenía su encanto, lo mejor fue el club de playa, donde te sientes en el paraíso con esas vistas y buena música.

NO VAYAS A ESTE HOTEL, ¡ES UNA MAFIA! Al llegar, te invitan a un desayuno en otro hotel que resulta ser una venta de membresías. A pesar de que intenté salir, me presionaron para quedarme más tiempo. ¡Me arruinaron medio día vacacional!

La habitación en Hacienda Buenaventura era tan acogedora que me sentí como si hubiera entrado en un cuadro colorido. Las puertas de vidrio deslizantes revelaban un balcón perfecto para disfrutar de mi café por la mañana, mientras los jardines bien cuidados me recordaban a un paraíso tropical. La comida en el restaurante La Troje tuvo más sabor que un mariachi en plena fiesta—¡me encantó cada bocado!

Alberca un poco turbia